Las remesas México 2025 sufrieron en abril un desplome histórico. De acuerdo con el Banco de México, el flujo de recursos desde el extranjero (principalmente Estados Unidos) sumó 4,761 millones de dólares, un 12.1% menos que los 5,418 millones de abril de 2024. Este retroceso, el más pronunciado para un mes de abril desde 2009 y el peor para cualquier mes desde septiembre de 2012, ha encendido las alarmas económicas. En el acumulado enero-abril de 2025 la contracción interanual fue de 2.5%, con 19,015 millones de dólares frente a los 19,501 millones del año previo.
Remesas México 2025: Contexto histórico y reciente
México es el segundo país receptor de remesas en el mundo, con flujos cercanos al 4% del PIB nacional. Hasta hace poco, estas transferencias habían mostrado un crecimiento sostenido. Tras una década de incrementos anuales, 2024 cerró con un récord de 64,745 millones de dólares en remesas. Sin embargo, a partir de marzo de 2024 comenzaron a verse signos de frenazo: abril de 2024 había registrado un alza interanual de 8.2%, pero en mayo pasado la tendencia se revirtió. El reporte de abril de 2025 rompe así 46 meses consecutivos de crecimiento interanual.
En el primer trimestre de 2025, dos de cada tres dólares enviados a México llegaron a sólo 10 entidades federativas, según reportó La Jornada. Según datos del Banco de México, Michoacán (1,269 millones, 8.9% del total), Jalisco (1,249 mdd, 8.8%) y Guanajuato (1,218 mdd, 8.5%) encabezan la lista de estados receptores para enero-marzo de 2025. Les siguen Chiapas (972 mdd, 6.8%), la Ciudad de México (943 mdd, 6.6%) y Estado de México (891 mdd, 6.3%), entre otros. La concentración es notable: en total estos diez estados captaron 9,537 de los 14,109 millones ingresados en el primer trimestre (66% del total).
Muchas de estas entidades tienen altos índices de pobreza y una gran dependencia de las remesas. Por ejemplo, en Chiapas las remesas ya equivalen a casi el 16% de su PIB, frente al 2.3% de hace una década. Guerrero (13.8% del PIB) y Michoacán (11.1%) también son estados muy dependientes de ese ingreso externo. En ese sentido, un desplome como el registrado en abril podría agravar las condiciones de hogares vulnerables: las transferencias familiares se destinan primordialmente a necesidades básicas como alimentación, vivienda y servicios. En la cadena de consumo nacional, las remesas siguen siendo un motor clave: casi la mitad del dinero recibido se gasta en bienes de consumo y otro tercio en servicios. Cualquier reducción en el flujo se traduce de inmediato en menor gasto para millones de familias.
Remesas México 2025: Causas económicas y factores de la caída
Los analistas apuntan a varios factores para explicar esta abrupta contracción. En primer lugar, el endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos. Con la llegada de Donald Trump a la presidencia en 2025, se reactivó un clima de tensión fronteriza que ha generado incertidumbre entre los migrantes. Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base, destaca que la caída obedece al “deterioro del mercado laboral en Estados Unidos y al miedo que tienen los migrantes a ser deportados, por lo que evitan salir a trabajar o a enviar remesas”. De hecho, muchos reciben informaciones sobre redadas y políticas de expulsión intensificadas, lo que los haría más reacios a viajar para depositar dinero o simplemente a participar plenamente en la economía formal.

Otros economistas subrayan la “crisis migrante” actual. Alberto Ramos, analista de Goldman Sachs para América Latina, señala que este debilitamiento en los envíos puede estar incorporando el efecto del endurecimiento de las políticas migratorias estadounidenses. Aunque en abril de 2025 el desempleo general en EE. UU. se mantuvo bajo (alrededor de 4.2% en abril, igual que en marzo de 2025), el subempleo entre migrantes indocumentados o en industrias vulnerables podría haber aumentado. En este sentido, un reporte de BBVA Research concluye que la tasa de desempleo entre migrantes mexicanos en EE. UU. se mantuvo en 5.0% en marzo de 2025 (niveles similares a los de 2023-2024), pero recuerda que desde 2019 hasta marzo de 2025 la población hispana empleada en EE. UU. creció en 4.3 millones. Es decir, a pesar de una economía con más empleos hispanos, la incertidumbre política –cercamientos de la frontera, cancelación del Título 42, amenazas de deportaciones masivas y redadas– crea un ambiente “hostil” para el migrante.
Además, la posibilidad de un gravamen adicional a las remesas ha generado nerviosismo. A fines de mayo de 2025 la Cámara de Representantes de EE. UU. aprobó un paquete fiscal que incluía un impuesto del 3.5% a las remesas enviadas desde ese país. Aunque aún falta el aval del Senado, esta medida fue promovida por Trump (quien originalmente buscó un 5%) y ya ha provocado temores. Aunque el Banco de México advirtió que en abril de 2025 ese impuesto aún no afectó los datos estadísticos, especialistas prevén que de concretarse reduciría los flujos a futuro. El estratega Jack Janasiewicz, de Natixis IM, advierte que México sería el país más golpeado por este tributo, con una pérdida estimada de cerca de 2,600 millones de dólares al año en envíos familiares.

En menor medida, otros factores económicos podrían incidir. El nivel de inflación en Estados Unidos (por encima del 3% anual en 2024-2025) erosiona el poder adquisitivo de los migrantes y aumenta el costo de vida, dificultando que ahorren para mandar dinero. Asimismo, la cotización del dólar frente al peso y las comisiones de envío afectan el monto neto recibido. Sin embargo, en abril de 2025 la variación cambiaria fue pequeña respecto al año previo, de modo que la caída del 12.1% en dólares representa una merma real del poder de compra. En pesos mexicanos, la situación presenta cierta atenuación: dada la leve apreciación del peso en 2024, el monto en moneda local no cayó al mismo ritmo que en dólares.
Remesas México 2025: Impacto económico nacional y local
La contracción de las remesas tiene implicaciones importantes para la economía mexicana. A nivel nacional, las remesas son un flujo de divisas estable y contracíclico que ayuda a suavizar caídas en otras exportaciones o ingresos petroleros. Contribuyen en casi un 4% al PIB de México. Por ello, una baja abrupta puede presionar el crecimiento económico, especialmente en un año en que otros motores (exportaciones, inversión) se muestran débiles. Además, como gran parte de las remesas se destina a consumo básico, la caída puede traducirse en una menor demanda interna. Empresas y cadenas comerciales con presencia en zonas rurales —como tiendas de autoservicio y supermercados que ofrecen servicios de envío de dinero— ya están advirtiendo sobre el efecto. Por ejemplo, el director de servicios financieros de la cadena Waldo’s señaló que cerca del 20% de las remesas que reciben se gasta en la compra de despensa. Menos ingresos familiares significa menor gasto en bienes cotidianos (alimento, ropa, educación) y, en consecuencia, menor actividad económica local y recaudación de impuestos.
En el ámbito local/regional, el golpe es aún más directo. Como se señaló, varios estados del país han desarrollado una alta dependencia de esas transferencias. Estados marginados o con alta emigración –Michoacán, Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Puebla, Veracruz, entre otros– verán afectadas sus comunidades de manera especial. En municipios con fuertes remesas, las familias podrían enfrentarse a recortes en su presupuesto. A su vez, la pérdida de ingresos puede incentivar nuevos flujos migratorios: un análisis publicado en El Financiero advirtió que la contracción de los envíos, al reducir el ingreso familiar, podría llevar a algunas familias “a migrar pese a los riesgos, mientras otras podrían dejar de hacerlo por falta de medios”. No es casualidad que estos estados sean también fuertes “expulsores” de migrantes: están entre los más pobres del país y albergan municipios con altos índices de pobreza extrema. Los expertos temen un círculo vicioso: menos remesas hunden aún más a las regiones vulnerables y pueden alimentar la misma crisis migratoria que las afecta.
Finalmente, el desplome también implica mayores presiones financieras. El saldo neto (remesas entrantes menos salidas de remesas de México al exterior) se redujo a 18,627 millones de dólares en enero-abril 2025, una baja del 2.2% respecto a 2024. Menos dólares entrando puede afectar las reservas internacionales y el tipo de cambio en el mediano plazo, aunque por ahora Banxico ha mantenido una postura de relativa estabilidad monetaria. Los hogares, mientras tanto, enfrentan el desafío inmediato de ajustar sus planes de gasto ante la incertidumbre.
Remesas México 2025: Reacciones de autoridades y perspectivas
Las autoridades mexicanas han reaccionado con preocupación. La gobernante Claudia Sheinbaum declaró que su gobierno está “en desacuerdo” con cualquier impuesto adicional a las remesas desde EE. UU., y enfatizó que no considera un triunfo la reducción del gravamen de 5% a 3.5%. El presidente de México prometió también que se seguirá “cabildeando” en todos los frentes para impedir ese impuesto.
Incluso una comitiva oficial de senadores mexicanos viajó a Washington en mayo de 2025 con la misión de interceder ante congresistas norteamericanos. La senadora morenista Andrea Chávez afirmó que la delegación busca ser “la voz de los paisanos mexicanos” y argumentó que imponer un impuesto del 3.5% constituiría una doble tributación, pues los migrantes ya pagan impuestos en EE. UU. Chávez advirtió que esa medida violaría “un tratado internacional” firmado en 1994 (el T-MEC). En la misma línea, el canciller Marcelo Ebrard advirtió públicamente que México evalúa plantear la disputa ante los tribunales del tratado de libre comercio si se aprueba la carga fiscal. Estas acciones diplomáticas buscan crear presión política para revertir o moderar el impuesto de remesas.
Por su parte, el Banco de México –única fuente oficial de las cifras– no ha realizado valoraciones públicas; su labor se ha ceñido a reportar mensualmente los datos. En la opinión de muchos economistas locales e internacionales, el próximo informe sobre el comportamiento de las remesas será clave para confirmar si la tendencia de contracción se mantiene o si abril fue un episodio puntual. De hecho, abril no incorporó completamente todas las medidas previstas (como el impuesto) ni la reacción de los migrantes a largo plazo.
En Washington, hay posiciones divididas incluso entre legisladores de EE. UU. Sobre la iniciativa original de Trump, algunos congresistas republicanos bloquearon en mayo su avance citando preocupaciones presupuestarias. La demócrata Nydia Velázquez –miembro del Caucus Hispano– anunció que presentará enmiendas en contra del impuesto. En síntesis, el panorama es todavía incierto: la futura política fiscal estadounidense decidirá si este factor adicional entrará o no en juego.
Remesas México 2025: Caída obliga a hogares mexicanos a ajustar sus ingresos ante incertidumbre y especulación
El retroceso de las remesas en abril de 2025 –al peor ritmo en casi 13 años– deja un panorama desafiante para millones de familias mexicanas. Este fenómeno ocurre en un contexto internacional complejo: una crisis migratoria acentuada en Estados Unidos, políticas arancelarias y fiscales nuevas, y una economía global en desaceleración. En el corto plazo, el gobierno mexicano buscará mitigar el impacto con apoyos sociales y diplomacia; los hogares deberán ajustar sus ingresos al ambiente económico.

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En el mediano plazo, el esperado ajuste en el flujo de remesas reabre preguntas clave: ¿se recuperarán los envíos con la estabilización de la economía estadounidense? ¿O las políticas migratorias y fiscales continuarán reduciendo gradualmente las remesas? Los analistas resaltan que, de persistir el ciclo contractivo, las implicaciones serán sensibles para el impacto económico nacional y regional. Por ahora, las autoridades y expertos vigilan muy de cerca las cifras de los próximos meses para calibrar hasta qué punto México deberá enfrentar una menor entrada de divisas en un escenario cada vez más incierto.