En un contexto en el que el narcotráfico sigue reclutando a miles de campesinos y jóvenes, el desarrollo de economías comunitarias se presenta como una alternativa transformadora. Estas economías ofrecen un modelo basado en la creación de cooperativas y colectivos de producción artesanal que promueven el bienestar social y el empoderamiento, especialmente en regiones históricamente marginadas como Puebla y Oaxaca. Al fortalecer iniciativas locales y fomentar la Financiera para el bienestar, se abren caminos para que comunidades vulnerables generen ingresos de manera legítima y sostenible, reduciendo la dependencia del mercado negro y la influencia del crimen organizado.

Características de las Economías Comunitarias

Las economías comunitarias son sistemas productivos basados en la organización colectiva y la autogestión. Entre sus principales características se destacan:

• Cooperativismo y Colectivismo: Las cooperativas y los colectivos son el núcleo de estas economías. Los miembros comparten recursos, conocimientos y beneficios, lo que genera una distribución equitativa de las ganancias, según señala “Cooperativismo en América Latina”, Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
• Enfoque en el Bienestar Social: Estas economías se orientan a satisfacer las necesidades de la comunidad, priorizando el desarrollo humano y la inclusión social sobre la acumulación de capital, informa “Economías comunitarias: hacia una Finanzas para el bienestar”, de la Revista de Economía Solidaria.
• Sostenibilidad y Producción Artesanal: La producción de bienes artesanales, típicos de Puebla y Oaxaca, no solo preserva las tradiciones culturales, sino que también permite generar ingresos de forma sostenible, señala el estudio “Economía Solidaria en Oaxaca”, CONAPRED.
• Empoderamiento de las Mujeres Emprendedoras: Muchas de estas iniciativas están lideradas por mujeres, quienes juegan un papel fundamental en la transformación social y económica de sus comunidades, concluye el documento “Mujeres emprendedoras en cooperativas de Oaxaca”, UN Women.

Casos de Éxito en Oaxaca y Puebla

Como se mencionó al principio, estas economías ofrecen un modelo basado en la creación de cooperativas y colectivos de producción artesanal que promueven el bienestar social y el empoderamiento, especialmente en regiones históricamente marginadas como Puebla y Oaxaca. A continuación algunos ejemplos.

Economías Comunitarias en Oaxaca

Oaxaca, con su rica herencia cultural y artesanal, ha sido un semillero de iniciativas comunitarias. Ejemplos notables incluyen:

• Cooperativas Artesanales: Diversas cooperativas en Oaxaca se han especializado en la producción de textiles, cerámica y tallado en madera. Estos grupos no solo ofrecen productos de alta calidad y con fuerte arraigo cultural, sino que también generan oportunidades de empleo y fortalecen el tejido social local. Un ejemplo de esto es La Cooperativa de Artesanos de Teotitlán del Valle, reconocida por sus textiles tradicionales, que ha logrado posicionarse en mercados nacionales e internacionales, misma que promueve el Gobierno de Oaxaca
• Colectivos de Mujeres Emprendedoras: En comunidades rurales, varias organizaciones de mujeres han formado colectivos que trabajan en la producción y comercialización de productos artesanales. Estos colectivos no solo promueven la equidad de género, sino que también permiten a las mujeres acceder a créditos y capacitación para mejorar sus habilidades. Esto queda evidenciado con El colectivo “Mujeres Unidas por el Desarrollo” en la Sierra de Oaxaca, que ha transformado la vida de muchas familias a través de la producción y venta de productos orgánicos y artesanales, según el UN Women – Oaxaca

Economías Comunitarias en Puebla

En Puebla, las economías comunitarias han emergido en respuesta a la marginación económica y la violencia del crimen organizado. Entre los ejemplos destacan:

• Cooperativas de Productos Artesanales: En zonas rurales de Puebla, varias cooperativas se han formado para producir alimentos orgánicos, artesanías y productos tradicionales. Estas iniciativas han permitido diversificar las fuentes de ingreso de las comunidades y reducir la dependencia de economías ilícitas. Un ejemplo es La Cooperativa “Raíces Vivas” en la Sierra de Puebla, que se dedica a la producción de café orgánico y artesanías, ha logrado integrar a pequeños productores en cadenas de suministro justas y transparentes, según señala el mismo Gobierno de Puebla
• Colectivos Comunitarios: La formación de colectivos en Puebla ha permitido la organización de grupos de jóvenes y campesinos para desarrollar proyectos de autoabastecimiento y comercialización local. Estos colectivos trabajan en conjunto para diseñar estrategias que fortalezcan la economía local y promuevan prácticas sostenibles. Otro ejemplo es El colectivo “Puebla en Acción”, que agrupa a jóvenes emprendedores para impulsar mercados locales y desarrollar proyectos de impacto social, que destaca el Centro de Investigaciones Sociales y Económicas de Puebla.
• Otro ejemplo es la organización Xochiapulco Floreciendo AC, de Xochiapulco, Puebla, que busca empoderar a grupos vulnerables como son madres solteras, adultos mayores e infancias. Aquí puedes conocer sus proyectos y programas. Esta AC ha creado el Colectivo Solidario Xochiapulco dedicado a la venta de Barbacoa en Xochiapulco y Zacapoaxtla, Puebla.

Transformando la Realidad Popular con Economías Comunitarias

Las economías comunitarias surgen como respuesta a las contradicciones del sistema capitalista. Mientras que el narcotráfico y la explotación económica empujan a comunidades enteras hacia la marginalidad, las iniciativas comunitarias ofrecen un modelo alternativo basado en la solidaridad y la autogestión. Este enfoque dialéctico permite ver cómo las condiciones materiales —pobreza, marginación y ausencia de oportunidades— generan respuestas que buscan romper con los esquemas tradicionales de exclusión.

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Las economías comunitarias se posicionan como un contrapunto al prohibicionismo y a la lógica extractiva que ha caracterizado la relación entre el Estado y el crimen organizado. En Puebla y Oaxaca, estas iniciativas buscan no solo generar ingresos, sino también construir una cultura de resistencia y empoderamiento, donde la producción artesanal y la cooperación se conviertan en herramientas de transformación social.

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Al analizar estas iniciativas, se observa que la creación de cooperativas y colectivos permite redistribuir el poder económico de manera equitativa, ofreciendo a campesinos y jóvenes alternativas que les permiten salir de la lógica del mercado negro. Este modelo se integra en un proyecto más amplio de “Financiera para el bienestar”, en el que la economía se orienta hacia la satisfacción de necesidades comunitarias y la promoción de derechos humanos, en contraposición a la acumulación de capital que caracteriza al sistema dominante.

Economías Comunitarias para fortalecer comunidades rurales

Las economías comunitarias en Puebla y Oaxaca representan una apuesta concreta por la transformación social y económica en territorios históricamente marginados. Entre las propuestas para fortalecer este modelo destacan:

1. Impulsar Políticas Públicas de Apoyo: El Estado debe implementar programas que faciliten la formación de cooperativas y colectivos, ofreciendo capacitación, financiamiento y acceso a mercados. Iniciativas de “Financiera para el bienestar” podrían garantizar créditos accesibles y condiciones favorables para emprendedores comunitarios.
2. Fortalecer Redes de Cooperación Regional: Es fundamental la creación de redes entre diferentes cooperativas y colectivos para compartir conocimientos, recursos y estrategias. Estas redes permitirían a las comunidades consolidar un mercado local robusto y resistir la presión de economías ilícitas.
3. Promover la Participación de Mujeres Emprendedoras: Fomentar el empoderamiento de las mujeres a través de programas específicos que apoyen su formación y acceso a recursos. Las mujeres emprendedoras han demostrado ser agentes claves en la transformación de las economías locales y deben recibir un respaldo institucional sólido.
4. Crear Espacios de Comercialización y Difusión: Facilitar ferias, mercados y plataformas digitales que permitan a las cooperativas y colectivos comercializar sus productos a nivel regional y nacional, asegurando una mayor visibilidad y competitividad.
5. Fomentar Alianzas con Organizaciones Internacionales: Buscar cooperación con organismos internacionales, ONGs y universidades para fortalecer las capacidades técnicas y de gestión de las economías comunitarias, promoviendo así un modelo de desarrollo sostenible y equitativo.

Las economías comunitarias ofrecen una alternativa viable para contrarrestar la exclusión y la dependencia del mercado negro, permitiendo que las comunidades rurales en Puebla y Oaxaca se fortalezcan y desarrollen en un marco de solidaridad y justicia social. Este modelo, basado en la cooperación y la producción artesanal, no solo mejora las condiciones de vida de sus integrantes, sino que también sienta las bases para una transformación integral que beneficie a toda la colectividad.